Ahora que pueden correr no quieren parar. Muchos lo siguen haciendo en línea recta y todavía les cuesta trabajo detenerse. Otros ya empiezan a tener más control y pueden cambiar de dirección mientras corren. Su coordinación también les permite patear un balón en movimiento que se dirige hacia ellos.
Sus juegos incluyen un mayor componente simbólico incluyendo muñecos, cajas y carros para recrear una escena o aventura que tienen en mente.
Las estructuras que pueden armar son cada vez más elaboradas, por ejemplo, a esta edad muchos niños ya pueden hacer torres de 4 a 6 bloques o replicar otras formas con cubos que tu hayas hecho. Esto se debe al desarrollo no solo de su motricidad fina, sino de su cognición.
Se interesan por estar con otros niños, pero todavía les cuesta trabajo compartir. Su sentido del «mío» es mucho más fuerte que el del «tuyo». Todavía presentan un comportamiento egocentrista enfocado en sus propias necesidades y deseos.
Si les permiten, ya están en capacidad de realizar por sí mismos muchas de sus actividades diarias de aseo y alimentación. Ya pueden comer por sí mismos una gran variedad de comidas con cubiertos, ya pueden desvestirse solos casi por completo y pueden lavarse sus manos con una mínima intervención tuya.